Ópera Actual

En femenino plural. Las mujeres en la gestión operística y cultural

por Susana Gaviña

Ópera Actual nº 131, Junio 2010

¿ES LA GESTIÓN OPERÍSTICA Y MUSICAL UN MUNDO DE HOMBRES?

ÓPERA ACTUAL HA HABLADO CON ALGUNAS DE LAS MUJERES RESPONSABLES DE IMPORTANTES INSTITUCIONES CULTURALES ESPAÑOLAS, COMO TEATROS DE ÓPERA, ORQUESTAS Y AUDITORIOS. SI BIEN LA MAYORÍA DESMIENTE QUE SE TRATE DE UN ÁMBITO EMINENTEMENTE MASCULINO, NO TODAS LO HAN TENIDO FÁCIL PARA ABRIRSE CAMINO.

Actualmente hablar de paridad se ha convertido en una moda y en casi una obligación si lo que se pretende es ser políticamente correcto. Esto no significa que en el mundo real esa paridad se lleve a la práctica. Precisamente, una de las asignaturas pendientes en España es la presencia de mujeres en puestos directivos en las empresas, pero, ¿sucede lo mismo en el mundo de la cultura? Parece que no. En la actualidad son numerosas las instituciones que cuentan con una mujer en uno de sus cargos de máxima responsabilidad: el Palau de las Arts de Valencia, el Palau de la Música valenciano y también el de Barcelona, el Festival Castell de Peralada, el Teatro de La Maestranza de Sevilla, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, el Teatro Villamarta de Jerez, el Teatro Cervantes de Málaga, el Festival de Santander, el de Música de Canarias... En el pasado reciente, fueron varias las mujeres que también ocuparon puestos vitales en el Teatro Real, como la actual vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, o la ex gerente Inés Argüelles, lo mismo que en el Liceu de Barcelona, que dirigió Rosa Cullell. Un grupo de estas mujeres de éxito ha querido compartir su experiencia con ÓPERA ACTUAL.

No todas llegaron al cargo de la misma forma, pero casi todas están de acuerdo en que el hecho de ser mujer no ha sido un inconveniente, y que actualmente la gestión cultural está bastante profesionalizada en España. Entre sus reivindicaciones de futuro también coinciden en un punto, la necesidad de una Ley de Mecenazgo que anime a la inversión privada en un momento en el que el dinero público sufre importantes recortes.

De Valencia al mundo

Sin lugar a dudas, uno de los centros operísticos y culturales más importantes del país -y también de más corta vida- es el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia. Desde que comenzara su andadura, lleva sus riendas con mano firme la intendente Helga Schmidt. Para ella llegar a la gestión cultural fue algo natural. "He tenido la fortuna de vivir rodeada de música y músicos desde muy pequeña. Mi entorno infantil en Viena, de la mano de mi padre, que era maestro colaborador de Wilhelm Furtwängler, Clemens Krauss, Dimitri Mitropoulos, Herbert von Karajan o Karl Böhm, y de los mejores músicos de la época, con todos siempre hablando de las óperas de Mozart, Strauss, Wagner, Verdi, Puccini... Puedo decir, con íntima satisfacción, que he nacido, crecido y vivido en el mundo de la música. Por ello, nada más natural que me dedicara a ella de modo profesional. Comencé en un entorno tan natural como la Ópera de Viena, que sentía como mi segunda casa. Allí me inicié profesionalmente junto a Von Karajan. Desde entonces y hasta ahora la música ha sido el eje ininterrumpido de mi vida, personal y profesionalmente".

Tras una larga etapa en el Covent Garden de Londres, Schmidt desembarcó en Valencia. La intendente asegura que su condición no la ha perjudicado: "Nunca me he sentido en desventaja por el hecho de ser mujer. Las personas valen por su eficacia profesional, por su inteligencia, por su capacidad laboral y por su honorabilidad. No pienso que el sexo tenga nada que ver con estas cualidades.

Tampoco he sentido que las personas que me han rodeado a lo largo de mi ya dilatada carrera profesional hayan pensado de modo diferente". Y va más lejos: "Todo lo que pudiera decir en este sentido sería tópico y simplista. Me resisto a aceptar la dualidad hombre / mujer en ámbitos profesionales. ¿Espera que le diga que una gestora musical pondrá más flores en la sala de conciertos que un hombre? Evidentemente, no".

La responsable de la otra gran infraestructura musical valenciana, el Palau de la Música -Premio ÓPERA ACTUAL 2004 precisamente por su apoyo a la ópera en un momento de extrema sequía lírica en la capital del Turia-, Mayrén Beneyto, presidenta del auditorio, sí se preparó para trabajar en el mundo de la gestión "y me eligieron para este cargo", afirma rotunda y orgullosa, considerando además que "las mujeres tenemos una buena conexión con la cultura, que es muy valorada". Beneyto lleva al frente del Palau casi dos décadas: "Son ya 18 años de presidencia, de grandes satisfacciones. No hay prácticamente ninguna orquesta, conjunto de cámara, director, cantante o solista internacional que no haya estado en el Palau. Todo ello ha sido posible por la política que seguimos desde el Ayuntamiento de Valencia, de reunir la mejor calidad junto con unos precios totalmente asequibles para el ciudadano".

Voz disonante

Frente a estas voces políticamente correctas, hay una disonante, la de la directora gerente del Teatro de La Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Remedios Navarro, quien comenzó su andadura como miembro del Coro de Málaga y poco a poco se fue involucrando en el mundo de la gestión. "Fue una experiencia fundamental para mí poder conocer, de primera mano, el mundo de la música y de la ópera. Esto me llevó a descubrir la gestión cultural que se oculta tras ellos. Después de estudiar Historia, cuando se creó la nueva Filarmónica de Málaga, me presenté a sus oposiciones. Allí estuve 12 años trabajando desde documentalista hasta llegar a vicegerente, completando mi formación con un master en gestión cultural". Esta ruta de entrada al mundo de la música supone para Navarro "una gran ventaja a la hora de gestionar una orquesta y un teatro de ópera, porque no me siento una gerente fría o, digamos, meramente administrativa. Al revés, me siento muy cercana al hecho artístico, creo que lo comprendo y me considero la primera espectadora del teatro que dirijo. La cultura es una industria muy sensible, muy singular, y para gestionarla creo que es fundamental amarla".

Navarro apunta, sin embargo, que sí encontró algún obstáculo en su camino por el hecho de ser mujer: "He sufrido esa obligación tan injusta que supone tener que superarte y demostrar tu capacidad más que un hombre. Me sorprende que todavía haya gente -y la hay- a quien le llame la atención que la directora gerente de un gran teatro de ópera como el Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que dirige un equipo de 200 trabajadores, sea una mujer. No obstante, la situación ha cambiado y las mujeres -desde luego que con un gran esfuerzo extra por nuestra parte- estamos ocupando puestos de responsabilidad en grandes instituciones culturales".

El contrapunto

Un caso muy diferente es el de Maite de la Fuente, vicepresidenta de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO-OLBE), entidad galardonada con los Premios ÓPERA ACTUAL en 2005 y también este año, en cuya junta directiva, compuesta por diez miembros, participan activamente tres mujeres: "Formo parte del consejo de una asociación que programa ópera y compatibilizo mi profesión de cirujana en un hospital público con el cargo de vicepresidenta segunda de ABAO", explica De la Fuente. "Somos una organización bastante atípica pues no tenemos teatro, ni orquesta ni coro propios. Todo debemos contratarlo para organizar nuestra temporada. En la junta directiva -somos diez miembros- establecemos las líneas generales de programación, el plan estratégico y el presupuesto que cada año debemos presentar a la asamblea de socios para su aprobación". Todos estos cargos no cuentan con remuneración. "Contamos con dos directores ejecutivos y una pequeña plantilla de quince personas -que sí cobran un sueldo- para llevar a cabo la temporada. La ABAO es algo muy diferente de los gestores culturales al uso, y así llevamos 57 años programando una temporada de ópera que hoy es una referencia", indica.

También hay quien ha llegado a la gestión cultural por herencia familiar. Es el caso de Carmen Mateu, principal responsable de la Fundación que organiza el Festival Castell de Peralada. "La cultura ha formado parte de mi vida desde que era una niña; es parte mía y no entiendo el progreso de una sociedad sin contribuir a su desarrollo cultural. El origen del Festival nace en parte de mi afición a la ópera y a la música en general ademas de responder a la voluntad de seguir las actividades culturales que mi padre creó en torno al Castillo de Peralada, donde la música ya era, históricamente, la gran protagonista. Retomando personalmente este legado cultural, pusimos en marcha las Noches musicales en el Castillo de Peralada, hasta que un día Carlos Caballé -hermano y agente de la famosa soprano-, nos sugirió convertirlas en un festival".

Respecto del toque femenino en la gestión cultural, Carmen Mateu apuesta por la igualdad: "Creo que las cualidades son atribuibles a las personas, no a su género. No creo que las mujeres seamos mejores ni peores que los hombres en este terreno, ni que tengamos más o menos recursos. Al final, lo que de verdad importa es la tenacidad, la constancia y el compromiso que puedas adquirir con cada proyecto. Eso es lo que hace que algunos propósitos tengan éxito y otros fracasen, no el género de quien los dirige".

En cambio Mayrén Beneyto cree que la mujer está mejor preparada en este sentido: "Estoy totalmente convencida de ello, las mujeres tienen una actitud óptima para gestionar esos recursos, sin duda por una especial afinidad con el mundo cultural". Para Remedios Navarro, la respuesta es incluso más sencilla: "Simplemente, somos distintos. Yo creo que los hombres son más racionales y que las mujeres aportamos más organización, paciencia, constancia. Y sí creo que, de alguna forma, tenemos una sensibilidad especial hacia la cultura, aunque tampoco haría de eso ningún dogma de género. Desde luego yo, entre mi equipo, me relaciono exactamente igual con los hombres que con las mujeres. La cuestión es equilibrar positivamente los valores de ambos".

Frente a la crisis

La que no entiende de discriminación de géneros es la crisis, ya que todas las instituciones han tenido que aplicar una política de austeridad a la hora de programar. Uno de los más afectados -con un recorte nada menos que de cinco millones de euros- ha sido el Palau de les Arts. "Los inevitables recortes presupuestarios estamos supliéndolos con imaginación", asegura Helga Schmidt, "optimizando los recursos propios y potenciando las coproducciones. En ningún modo mermando la calidad que ya es feliz santo y seña del Palau de les Arts Reina Sofía".

Al ser consultadas sobre el futuro y sus reivindicaciones, además de seguir consolidando sus respectivas instituciones todas desearían un mejor marco legal que promoviera la inversión de dinero privado en el mundo de la cultura: Beneyto anhela una "Ley de Mecenazgo que se desarrolle y sea óptima, como ocurre en otros países, en los que las orquestas y teatros pueden disfrutar de numerosos patrocinadores. Por otra parte, reivindicaría que la cultura ocupe el protagonismo y el lugar que le corresponde a todos los niveles".

Remedios Navarro coincide con la presidenta del Palau de la Música de Valencia y reclama "una mayor participación de la sociedad civil en la financiación de la cultura y, para hacer eso posible hace falta una nueva ley de mecenazgo y patrocinio. Sencillamente porque la cultura no puede ser una responsabilidad exclusivamente pública. Y mucho menos en una situación de crisis tan aguda. España, como otros países latinos, está todavía lejos de las cuotas de implicación privada de los países anglosajones en la gestión cultural y tenemos que trabajar para aumentarla, porque la cultura es también un reflejo, un espejo, de la sociedad civil en la que ésta debe mirarse, apostando por ella para seguir progresando y creando riqueza. Y para incentivar eso necesitamos un nuevo, moderno y atractivo marco legal y fiscal. Otra de mis aspiraciones -continúa la gerente del Maestranza-, y en eso hemos dado grandes pasos tanto en el Teatro como en la Orquesta, es apostar por la creación de nuevos públicos. Es urgente renovar el patio de butacas. Nuestra obligación es demostrar que la música sinfónica y la ópera están vivas y no son un museo, que nos invitan tanto a revisitar el gran legado cultural de Europa como a renovarlo desde el presente".

Desde la perspectiva de una empresa familiar y privada, Carmen Mateu espera "seguir trabajando para posicionar Peralada en el mundo como un referente musical y cultural de calidad. Me hace mucha ilusión constatar que mi familia mantiene el interés por preservar y potenciar este legado cultural. Si alguna cosa creo que se debería reivindicar es el compromiso; somos un Festival de todos y para todos, promovido desde la iniciativa privada, y que sin un apoyo suficiente se corre el riesgo de algún día no poder seguir ofreciendo lo que el público se merece".

DE FIGURINES Y BATUTAS

Quizá un campo en el que la mujer ha estado más presente dentro del mundo de la ópera, además del obvio aspecto vocal, haya sido el del diseño de vestuario. En su historia reciente hay nombres tan emblemáticos como el de Franca Squarciapino. En España algunos directores de escena, como Emilio Sagi y Calixto Bieito, cuentan con colaboradoras que les han acompañado a lo largo de su trayectoria, es el caso de Pepa Ojanguren y Mercè Paloma, respectivamente.

En el competitivo mundo de la dirección de escena, España no cuenta con muchos nombres, aunque es preciso mencionar a la veterana actriz Núria Espert, con varios montajes operísticos en su haber, o a la joven Marina Bollaín, que se ha adentrado tanto en la ópera contemporánea como en la zarzuela. En cuanto a la mujeres españolas que se han dedicado a la composición y que han estrenado óperas en este país, la lista es breve. Entre las históricas, Matilde Salvador, que estrenó Vinatea en el Liceu en 1974; y, entre las jóvenes generaciones de creadoras, hay que mencionar a la polifacética soprano Pilar Jurado, que con su Página en blanco se convertirá la próxima temporada en la primera mujer que estrene una ópera en el Teatro Real.

También son escasas en España las damas que han bajado a un foso operístico a dirigir o que suban a un podio al frente de una orquesta. En el teatro madrileño acaba de hacerlo -dentro de la programación pedagógica- la coreana Eun Sun, ganadora del concurso de dirección creado por Jesús López Cobos que le ha permitido convertirse en asistente de dirección en el teatro madrileño durante dos años. Gloria Isabel Ramos, con más trayectoria fuera que dentro de España, es quizá la directora con mayor proyección: fue titular de la Orquesta de Córdoba durante varias temporadas, las que no estuvieron exentas de problemas. Además de la joven directora Virginia Martínez, también cabe mencionar, claro está, a la mediática Inma Shara...

 

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