Ritmo

Entrevista a Ramey el Grande

por Francisco Villalba

Ritmo nº 803, Diciembre 2007

De él se ha escrito: “La voz de Ramey posee las cualidades con las que se crean las leyendas de la ópera” ( New York Post). Nacido el 28 de marzo de 1942 en un pequeño pueblo llamado Colby, Kansas, en Estados Unidos de América, este inmenso cantante ha arrollado con sus increíbles dotes canoras e interpretativas entre otros a Muti, Abbado y nada más y nada menos quie a Herbert von Karajan. Ha sido capaz de hacer las más endiabladas coloraturas en el repertorio rossiniano sin perder el esmalte de la voz, de cantar a Mozart con el más refinado de los estilos, de dar todo el brío al Verdi de juventud interpretando el más increíble de los Attila que recordarse pueda, de resultar imbatible en la ópera francesa y de abarcar, en fin, repertorios como Stravinsky y Bartók. Ha abordado también con maestría Felipe II y Boris Godunov, y dentro de poco cantará el Mariscal Kutuzov en Guerra y Paz de Prokofiev.

¿ Cuándo y por qué decidió hacerse cantante ?

No fue fácil. En Colby no hay cultura de ópera y yo no supe que era la ópera hasta que fui a la universidad. En un principio pensé estudiar música para dedicarme a su enseñanza, pero en la universidad un profesor me escuchó mientras cantaba por casualidad y me sugirió qué estudiase el aria “Non piu andrai” de Las bodas de Fígaro . Días después, al pasar por unos almacenes vi una grabación en la que cantaba el aria “un tal” Ezio Pinza. Tras escucharle me decidí dedicarme al canto. Visto mi entusiasmo un amigo me sugirió que me pusiese en contacto con la Compañía de Ópera de Central City en Colorado. Me desplacé hasta allí y me aceptaron para el coro. Después estudié en la Ópera de Santa Fe y más tarde me desplacé a Nueva York donde encontré un profesor de canto con el que estuve una larga temporada. Por fin me presenté a una audición para la New York City Opera y me admitieron.

Si no recuerdo mal debutó en la Metropolitan Opera de Nueva York en enero de 1984 con un aclamadísimo Argante del Rinaldo de Händel, pero ya entonces usted era muy famoso en Europa.

Ésa fue mi presentación en un papel importante, pero ya había cantado allí en 1972 y en 1980 en conciertos con otros intérpretes. En Nueva York, antes de cantar en el Met solo lo había hecho en la New York City Opera. Efectivamente en 1975 me desplacé a Europa donde hice algunas audiciones, una de ellas fue en Glyndebourne, donde me contrataron para interpretar Fígaro en 1976 . Ése fue mi debut en Europa. En 1970 debuté en Hamburgo y en Ámsterdam, en 1980 en el Festival de Aix en Provence y en el Teatro alla Scala y en 1981 en la Ópera de Viena.

¿ A que se debió que el Met tardase tanto en contratarle? ¿Es cierto que les advirtió de que o le daban un papel apropiado o que no necesitaba para nada al Met, ya que tenía trabajo más que de sobra en los grandes teatros de Europa?

Exactamente no fue así, aunque hubo algo de eso. Años antes de 1984 el Met me había ofrecido cantar en un par de óperas; si no recuerdo mal. uno de los papeles que me ofrecieron fue Escamillo de Carmen, que rechacé. Entonces mi agente y yo decidimos esperar a que me diesen un papel más apropiado a mis características como cantante y actor. En 1984 el Met, que había alquilado a un teatro de Canadá una producción del año 1972 de Rinaldo , me invitó a cantar en esa producción, pero el papel de Argante ya estaba asignado a otro cantante. Entonces mi representante les dijo que o me daban el Argante o no cantaría. Accedieron

Y el éxito fue apoteósico. ¿Qué recuerda de su Assur de Aix en Provence en 1980, dirigido por el maestro López Cobos en una representación de Semiramide de Rossini que ha hecho historia, compartiendo cartel con nada más y nada menos que Montserrat Caballé en el papel protagonista y Marilyn Horne como Arsace.?

Caballé tuvo una de esas noches que han hecho de ella una de las grandes sopranos de todos los tiempos, y lo mismo le ocurrió a Marilyn, la mas espectacular mezzo rossiniana que yo haya escuchado, con la que ya me unía una larga amistad. Fue una gran representación.

Supongo que también lo sería su Moïse de Rossini en París en 1983, dirigido por Georges Prêtre, con una Verret en estado de gracia como Sinaïde .

Eso que la producción de Ronconi ya apuntaba a lo que iba a ocurrir en el mundo de las representaciones de ópera después. Sin embargo el maestro Prêtre estuvo maravilloso y ¿qué le voy a decir de Shirley? Era una artista arrasadora. Otra enorme belcantista.

Usted tiene a sus espaldas una largísimo carrera. ¿Qué cambios ha observado en la evolución de la ópera durante estos años?

Mis gustos son muy tradicionales. Ahora se hacen muchos tipos de producciones pero pocas son de mi gusto. Estoy de acuerdo en que todo tiene que cambiar, pero sería más juiciosa una evolución de la forma de representar que la “revolución” que estamos sufriendo. Los directores de opera de antaño solían saber mucha música y conocían las limitaciones de los cantantes a nivel escénico, sin embargo hoy proceden del teatro no cantado o del cine; muchos no saben ni leer una partitura y otros muchos no han pisado ni una vez un teatro de ópera…y hay otro grupo que saben mucha música, son muy intelectuales, pero que lo único que les importa es dejar su impronta en el espectáculo a costa de lo que sea.

Por cierto cuando usted canto Boris, dirigido por Claudio Abbado en Salzburgo en 1994, en una producción del fallecido Herbert Wernicke muy moderna para entonces, iba vestido con traje de chaqueta, pero si no recuerdo mal parecía más relajado cuando le cubrían con una espectacular capa dorada, le entregaban la esfera, el cetro y le coronaban ¿Le influye el vestuario a la hora de interpretar un papel?

Mucho. Es muy complicado interpretar un personaje de una época determinada en representaciones en las que todo está actualizado. Cuando el libreto se desarrolla en un momento histórico y en un lugar específicos y la representación no respeta la época es muy difícil que sus personajes tengan sentido, que tengan el significado con que el autor los concibió. Esto es algo que en la mayoría de las ocasiones no funciona. En fin, para mí es una t reme nda equivocación. Me tengo en ocasiones que adaptar a los nuevos tiempos, pero verdaderamente no me gusta en absoluto. Ya sé que muchos directores de escena piensan de mi “Es un anticuado”. Pero creo que interpreto mejor Boris Godunov cuando me visten de Boris Godunov que cuando me visten de un miembro del politburo.

¿ Fue en Salzburgo la primera vez que cantó Boris?

Antes ya lo había hecho en Ginebra en 1983, donde interpreté la versión de 1869, que es mucho más corta. En Salzburgo fue la de 1874

¿ Cómo fue su experiencia con Claudio Abbado ?

Excelente. Ya habíamos hecho muchas cosas juntos, entre otras aquel maravilloso Viaggio a Reims en Pesaro en 1984. Le tengo mucho afecto. Es un hombre francamente sencillo además de un enorme músico.

¿Le fue difícil aprender el Boris en ruso?

Mucho. Cuando lo canté por primera vez en 1983 mi experiencia en este repertorio y en la lengua rusa eran poco menos que nulas Se limitaban a un Pimen en concierto con Abbado en Chicago y al ciclo de canciones de Mussorgsky.

¿ Canta algún otro personaje de ópera rusa?

Una vez canté el príncipe Gremin de Onieguin en Hamburgo, pero en alemán.

¿ Tan difícil o más sería su experiencia al interpretar Barbazul en A kélszakállú herceg vára (El castillo de Barbazul) de Bartók?

Sí, es también dificilísimo, además su música es más complicada de memorizar que la de Mussorgsky ?

Qué usted interpretó a las ordenes de Haitink en 1993 junto a Agnes Baltsa, que por cierto regresaba a Salzburgo después de su encontronazo con Karajan en Carmen .

Efectivamente. Pero en 1990 ya la había grabado con Eva Marton y la Orquesta Estatal de Hungría dirigidos por Adam Fischer. Así que cuando llegué a Salzburgo la llevaba bastante rodada. Después lo he interpretado tres o cuatro veces más.

Otra de sus personajes del repertorio del Siglo XX es el Nick Shadow de The Rake's progress…

Que es otro Mefistófeles.

Por cierto, un personaje clave en su carrera, ya que ha interpretado los tres Mefistófeles más famosos del repertorio, el de Gounod, el de Berlioz y el de Boito. ¿Qué diferencias encuentra entre los tres?

Muchas. La línea de canto para el de Berlioz y el de Gounod es más belcantista; para el de Boito, mucho más verista, más poderosa, menos refinada.

¿ Cómo ha sido su evolución del bajo de Rossini y Mozart al mucho más denso de Verdi, Boito o Mussorgsky.?

Al principio de mi carrera interpretaba tanto papeles de bajo de Rossini como el Mefistofele de Boito. Durante mucho tiempo fui capaz de combinar ambos repertorios sin el menor problema. Después, con el paso de los años, la garganta pierde flexibilidad, la voz se hace más pesada y hay que olvidarse del belcanto.

Usted ha sido el máximo exponente de bajo belcantista del que se tiene memoria.

No sé, pero cuando escucho mi Maometto II, pienso ¿Es posible que yo haya sido capaz de cantar así de bien?

Y no sólo Maometto II, también el Argante de Rinaldo de Händel, el Lord Sydney de Il Viaggio a Reims , el Podestá de La Gazza Ladra , el Mustafá de L'Italiana y tantos otros, como su Attila de Verdi.

Attila es un papel que tiene mucho del belcanto anterior a Verdi, por eso considero un error cantarlo con un timbre oscuro próximo al verismo. Es un personaje joven, un guerrero que está emparentado en cierto sentido con el Maometto de Rossini.

También ha conseguido hacer maravillas con papeles previamente encomendados a bajos “más pesados” como Felipe II en Don Carlos, que por cierto cantó en 1992 en el Teatro alla Scala junto al recién fallecido Pavarotti aquella noche aciaga en la que el tenor sufrió uno de los más sonoros abucheos de su carrera. Para usted fue asumir un verdadero riesgo cantar ese papel en La Scala.

Pavarotti poseía la voz más hermosa de tenor que se pueda imaginar, pero aquella noche no estuvo en forma y el público fue en exceso severo con él. Respecto al riesgo lo sabía de antemano, estaba seguro de que me compararían con Ghiaurov y Christoff…Pero Muti me animó todo el tiempo y cuando al concluir el aria “Dormiro sol…” el teatro prorrumpió en una ovación me di cuenta que no me había equivocado. Muti me conocía muy bien y yo a él, ya habíamos trabajado juntos en la Scala, la primera vez en Le Nozze di Figaro en 1982, después en Attila. Es otro de esos directores supuestamente “conflictivos” con el que tampoco he tenido el menor problema.

Ahora usted incluye en su repertorio el Scarpia de Tosca y los “tres” personajes diabólicos de Los cuentos de Hoffmann . ¿Nunca ha pensado cantar Wagner?

Me encantaría haberlo hecho, pero hace años. Ahora no creo que nadie me ofrezca ningún papel en ese repertorio.

¿De qué forma prepara un papel nuevo ?

Siempre comienzo con el texto, que traduzco al inglés para saber que es lo que voy a decir y familiarizarme con la historia que narra. Después estudio la partitura con la ayuda de mi maestro de canto y por supuesto de un profesor de la lengua en la que voy a cantar para que perfeccione mi pronunciación y darle la entonación idónea

Otro hito de su carrera fue el último Don Giovanni con Karajan en Salzburgo en 1987. Sobre “el Dios” existen dos versiones entre los cantantes. Para unos era una especie de monstruo intransigente con el que no se podía trabajar, para otros, como Mirella Freni, el director con el que mejor han trabajado

Mi experiencia con él fue magnífica, no tuve el menor problema. Tenga en cuenta de que cuando se hizo la representación en Salzburgo ya la habíamos grabado y estaba más que ensayada, sabíamos lo que él quería y nos limitamos a seguirle. Pero que nadie piense que era como un metrónomo, siempre había algo que iluminaba sus interpretaciones, aun entonces. que ya estaba en un triste estado físico, que por cierto no permitía que se le notase. Los cantantes de aquella producción trabajamos tanto tiempo juntos con el maestro que acabamos siendo como una familia en la que, por supuesto, él era el padre. Fue maravilloso.

Y entonces la crítica le equiparó con Cesare Siepi.

Cosa que me halaga porque para mi Siepi es el rey indiscutible de los Don Giovanni.

¿ Con qué directores de escena se ha sentido más cómodo y le han gustado más?

Sinceramente no estoy muy al corriente de los nuevos directores de escena…, pero del pasado guardo un recuerdo inmejorable del que me dirigió Figaro en mi debut en la Scala, Giorgio Strehler. Nunca un director de escena me ha parecido más inteligente, más sutil, más capaz de desentrañar una obra del calibre de Le Nozze con más teatralidad y creando a la vez un espectáculo sencillo y bellísimo.

¿Qué cantantes de hoy en día le parecen interesantes?

Hoy existe un enorme plantel de cantantes fabulosos.

Sin embargo no parece que estemos muy sobrados de tenores .

Todos las épocas han estado escasas de tenores. Eso no es una novedad. Además la forma de cantar de los tenores esta muy circunscrita a una época determinada. Recuerde que cuando Domingo y Pavarotti comenzaban sus carreras la gente decía que la raza de los Björling, Del Monaco, Corelli y Bergonzi se había extinguido…

Por cierto que Domingo y usted son dos cantantes que parecen impermeables al paso de los años ¿Cual es su secreto?

Domingo es un monstruo al que afecta bastante poco el paso del tiempo, menos que a mi, lo tengo que reconocer. No hay más secreto que cuidarse un poco y no precipitarse. No cantar antes de tiempo papeles que puedan perjudicar. Por ejemplo Felipe II no lo hice antes de los cuarenta años y Boris después de los cincuenta.

Usted ha cantado con todas las grandes sopranos del siglo XX. De las actuales cuales le gustan más?

Hay muchas, pero me gustan sobre todo Fleming y Dessay

¿ Cuál es su compositor para cantar?

Mozart, sin duda, y Rossini. Rossini admite más variaciones, más imaginación que Mozart, pero Mozart es mas preciso y por ello el menor fallo queda en evidencia. Mozart componía con tal perfección que nadie puede, ni debe tocar, ni corregir nada de lo que compuso. Me encantaba cantar Fígaro, Don Giovanni y ahora Leporello. Por cierto que es mucho más interesante Leporello que Don Giovanni.

¿ Y el que más le gusta para escuchar ?

Si tengo que elegir uno, también Mozart.

¿ Que la diferencia hay entre cantar a Mozart y a otro de sus amores, Verdi?

Verdi te exige una larga línea de legato

¿Y Puccini?

Lo que mas me gusta de Puccini es la orquestación, tan bella que casi sobran las voces. Era un maestro de la orquestación, que creo que a las voces no les concedía tanta relevancia.

Usted ha mantenido una relación muy larga con el Rossini Opera Festival de Pesaro donde ha cantado en 1981 y 1982 el Mustafá de “L'Italiana ”; en 1983, el Douglas de La donna del lago; en 1984, Lord Sydney del Il viaggio a Reims; en 1985, el Maometto II, y en 1989, el Podestá de La gazza ladra ¿Le gustaría regresar

Sin duda. No para ópera, si para un concierto.

Por cierto que la Sra Ricciarelli no se tomó con mucha deportividad su éxito en La Gazza ladra con la que compartía reparto. Recuerdo que tras su “Il mio piano è preparato” en la escena séptima del primer acto y en la quinta del segundo, usted recibió tales aclamaciones del público, entre los que me encontraba, que la representación no podía continuar. Mientras, me refiero a la quinta escena del segundo acto, la Sra. Ricciarelli desde el suelo le miraba con muy poco cariño.

Y tanto. Recuerde que en el primer acto ella me abofeteaba. Pues bien, la primera noche, como es natural, fue un bofetón fingido, sin embargo en la siguiente me lo propinó con tal violencia que me rompió un diente. ¡Cosas de Ricciarelli!

¡Y menudas cosas! Usted ha cantado ópera en España pero siempre en concierto; aún recuerdo su impresionante Mefistofeles de Berlioz en Valencia.Pero nunca en una representación hasta hace unos meses en Manon en Barcelona

Ya había cantado en una representación de Nabucco en Santander, creo que fue en 1996. Ésa fue la primera y única hasta la de Barcelona. Pero la verdadera presentación mía en una representación en España la considero ésta de Boris.

Qué tal está trabajando en el Teatro Real?

Muy bien. Es un teatro con una fantástica atmósfera de trabajo. Además conozco al maestro López Cobos desde hace muchos años y siempre hemos trabajado muy bien juntos.

Desde la famosa Semiramide de Aix .

Con anterioridad, en 1976, ya habíamos grabado una Lucia con Caballé y Carreras.

¿Qué le parece la producción del Boris que va a cantar en el Teatro Real ?

Es, digamos, diferente. No puedo decir rotundamente que no me guste… pero

¿ Usted va a interpretar su Boris o el del director de escena?

(Ríe). En el estreno. el suyo.

¿Cuándo comenzó los ensayos de esta producción?

El pasado 2 de septiembre. Cerca de tres semanas, como en una nueva producción en el Met.

En el Met una representación de repertorio ¿Cuánto se ensaya ?

Al menos dos semanas.

¿ Y en la Ópera de Viena?

Cuando es de repertorio, dos días. Cuando es nueva, unas dos semanas. Es una pena que las representaciones de repertorio de la Opera de Viena se ensayen tan poco y tengan un nivel tan bajo, porque quizá tienen la mejor orquesta del mundo en el foso. Claro que es una orquesta magnífica solo cuando quiere y le gusta el director musical; si no es así, puede dejar bastante que desear.

Son magníficos sólo cuando quieren.

El coro también es buenísimo. Con estos ingredientes debería ser casi siempre el mejor teatro de ópera del mundo pero solamente lo es en ocasiones. Una pena.

¿ No hay nada en perspectiva para cantar de nuevo en Madrid?

Me encantaría regresar. Pero no hay nada de momento.

¿ Qué proyectos tiene para el futuro?

De aquí marcho a Paris para Tosca y después al Met para Guerra y Paz.

¿ Entonces tendrá un nuevo papel ruso en su repertorio? Nada menos que el de Kutuzov

Efectivamente, lo había olvidado. También haré pronto mi primer Don Pasquale . Y en Barcelona, en junio próximo, Wurm en la Luisa Miller . También haré los tres personajes diabólicos de Hoffmann en Viena…

Usted acaba de cantar en el Met Barbiere con Juan Diego Flórez y con Di Donato

Di Donato es maravillosa, además los dos fuimos, ella mucho después que yo por supuesto, a la misma universidad en Kansas. Flórez es un verdadero fenómeno.

¿Sigue cantando con frecuencia en el Met?

Recientemente, esa nueva producción del Barbier e, y el año pasado el Inquisidor de Don Carlo con René Pape como Felipe II.

Su sucesor en cierto repertorio.

Pape es un bajo magnífico, posee una inteligencia fuera de lo común y además es un inmenso actor.

Cuál es para usted la cumbre de los papeles de bajo Felipe II o Boris?

Ambos. De los dos quizá Boris es el mas complicado psicológicamente ya que se encuentra torturado por los remordimientos que le produce su pasado y al mismo tiempo no está en absoluto seguro de lo que le reserva el futuro. Es un personaje que junto a una violencia extrema muestra una enorme ternura con sus hijos, una enfermiza debilidad con Schuiski. Es muy complicado. Felipe II es un autócrata también, tiene debilidades internas pero sólo las muestra con el Inquisidor; con el resto es muy duro e inflexible y no duda en sacrificar a su hijo en aras de sus convicciones y sus celos.

La versión de Boris que se ofrece en el Real acaba con la escena en el bosque de Kromy…

Aquí se dice que es la versión de 1872, pero yo creo que es la de 1974 sin la escena polaca.

¿Quién es su Boris?

Ghiaurov.

¿ Más que Christoff.?

Él quizá fue el Boris má grande que ha existido, pero no tuve jamás la oportunidad de verle en escena. Por eso menciono al mas grande que he escuchado en un escenario.

¿Y su Felipe II ?

Como en el caso de Don Giovanni. Cesare Siepi.

Y yo abundo en su opinión.

Muchas Gracias

Todos los artículos que aparecen en esta web cuentan con la autorización de las empresas editoras de las revistas en que han sido publicados, asumiendo dichas empresas, frente a ARCE, todas las responsabilidades derivadas de cualquier tipo de reclamación