Letras Libres

El Che, S.A.

por Félix Romeo

Letras Libres nº 65, Febrero 2007

La paradoja salta a la vista: la revolución anticapitalista, encabezada por el icónico Che, se ha enlatado, etiquetado, industrializado y vendido como un producto más. Félix Romeo pasa revista a esa ironía de la historia .

Sabemos cómo comenzó a multiplicarse la imagen del Che Guevara. Lo cuenta Carlo Feltrinelli en Senior service (Tusquets), la biografía de su padre, el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli: “Imprime el negativo de la famosa foto de Alberto Korda ( Che in the Sky with Jacket ) en miles de pósteres para sus librerías. La imagen se difunde por todo el planeta. Korda, víctima del hambre y de la glaciación del tiempo histórico, dirá que, si hubiera pedido derechos de autor por aquella foto, se habría hecho multimillonario”.

Son los años sesenta. El Che ha sido capturado y ejecutado en Bolivia, donde trataba de extender la Revolución sin hacer ni puñetero caso a los comunistas locales. Las ediciones de su Diario de Bolivia , gestionadas directamente por Fidel Castro, se multiplican. En Holanda se traduce a varias manos y en una sola noche.

Carlo Feltrinelli cuenta también cómo “Andrés del Río, compañero de embajada de Luis Hernández, se queda sorprendido cuando Feltrinelli le entrega un maletín lleno de billetes de banco: ‘Los beneficios de esta publicación se destinarán íntegramente a los movimientos revolucionarios de Latinoamérica'. Andrés, quizá porque nunca se ha visto en una situación parecida, no sabe qué hacer con todo ese dinero. Al final, el maletín se transformará en un depósito bancario de más de medio millón de francos suizos. El funcionario Andrés del Río recuerda perfectamente el nombre de la cuenta: Río Verde”.

No sé de qué color son los francos suizos, pero estoy seguro de que verde es el color del dólar. También es parcialmente verde el billete cubano de tres pesos con la cara del Che. El Che firmó con su sobrenombre, “Che”, en los billetes cubanos cuando era presidente del Banco Nacional.

No me resulta difícil pensar ahora que el éxito de los pósteres del Che es el que espolea a Andy Warhol para realizar su serie sobre Mao. Andy Warhol también hace series con la cara de Lenin, con mucha menos repercusión. La Revolución Cultural china entusiasma a la izquierda occidental. La Revolución Cultural está basada en la delación y en unos cientos de miles de penas de muerte. Lenin está muerto. Y es un fracasado. Él y su revolución soviética. Y su Stalin.

En 1971, Andy Warhol comienza a estampar a Mao con todos los colores. En 1971 se distribuyen en China más de 2.000 millones de copias de la fotografía de Mao. En 1972, Giangiacomo Feltrinelli muere cerca de Milán mientras manipula un artefacto explosivo para un atentado terrorista.

Giangiacomo Feltrinelli muere fabricando la Revolución. Mao muere atendido por los médicos, que tratan de atajar sus problemas cardiacos y pulmonares: fumar mata. Mao también mata. Sin parar. A los contrarrevolucionarios, claro. El Che muere ejecutado en 1967. Cuando lo detienen, el Che dice a sus captores que vale más vivo que muerto. Alguien sugiere que si lo ejecutan se convertirá en un héroe. El Che no quiere convertirse en héroe, o al menos no de ese modo. El Che tiene mucho miedo. Y mucho orgullo. Casi todos sus hombres han muerto en combate, pero él se ha reservado una rendición, por si acaso. Por si acaso a alguien le interesa hacer un intercambio. Para ganar tiempo. No habla con sus captores bolivianos pero sí habla con los agentes estadounidenses cuando llegan: cuestión de rango.

Jon Lee Anderson cuenta así la rendición del Che en Che Guevara: Una vida revolucionaria (Anagrama): “Cuando estaban a unos pocos metros, el sargento Bernardino Huanca, un indio menudo y robusto del altiplano, se alzó de la maleza y les apuntó con su fusil. Según Huanca, el Che le dijo: No dispare. Soy el Che Guevara. Valgo más vivo que muerto ”.

Pero el Che no sabe que vale mucho más muerto que vivo. Muchísimo más. A Fidel Castro se le quita un problema de en medio. Sin mancharse las manos. Y se le suma a su Revolución un héroe, un ídolo, un Jesucristo.

En una carta a su madre sobre sus actividades en el gobierno cubano, el Che escribe: “El Departamento Industrial fue mi propia creación; lo entregué a medias, con el dolor de un padre agotado, para hundirme en mis aparentes dones divinos para las finanzas”. Si pensaba que tenía “dones divinos para las finanzas” no es extraño que se viera a sí mismo como un dios. El dios de la Revolución. Del Che divino habla Eduardo Galeano en una entrevista con Iosu Perales: “El Che es un impaciente, un hombre de esperanza y por eso es un profeta, una especie de Isaías de América Latina, un anunciador de otros tiempos. Tal vez habría que decir que nosotros también tendremos la paciencia para esperar al Che, el regreso del Che. Claro, él resucita en cada uno que cree en lo que él creyó, y resucita en los grandes movimientos populares de liberación en estas tierras que no fueron condenadas por ningún Dios a la desgracia que soportan”. [ 1 ]

Estas ideas delirantes de Eduardo Galeano las recicla Jon Lee Anderson en el “Epílogo” a su biografía del Che, incluyendo entre los nuevos apóstoles al subcomandante Marcos, a Hugo Chávez y a Evo Morales.

También de Mao, incluso antes de su muerte, se quiere hacer un Cristo: los filósofos franceses Christian Jambet (nacido en Argel) y Guy Lardreau afirman en 1972 que Mao es “Cristo resucitado” y que El libro rojo era “la reedición de los Evangelios”.

El Che muere ejecutado, y también a los rusos se les quita un problema de en medio. Los rusos saben que el Che es un peligro. Lo saben porque han tenido que negociar con él el hipotético desarrollo industrial de Cuba, infructuosamente. Lo saben porque han tenido que tratar con el Che su programa de revolución mundial, que a los rusos no les gusta nada. Lo del Congo había sido una chapuza.

El Che había negado mil veces la existencia del individuo. En una charla a los estudiantes de la Universidad de La Habana, el Che dijo: “Es criminal pensar en individuos, porque las necesidades del individuo quedan absolutamente desleídas frente a las necesidades del conglomerado humano de todos los compatriotas de ese individuo”. El Che había afirmado otras tantas veces que las personas tenían que convertirse en máquinas.

Los congoleños respondían así al deseo del Che de que se transformaran siguiendo su irresistible aliento revolucionario: Mimi hapana motocar . Mimi hapana motocar quiere decir: no soy un camión. Los congoleños no querían ser máquinas.

Lo de Bolivia estaba siendo una chapuza: el Partido Comunista local ve la escaramuza revolucionaria del Che como un auténtico disparate. Los campesinos huyen cuando tropiezan con el ejército revolucionario del Che o le observan a distancia e incluso a veces le delatan a las autoridades. Al Che le obsesionan los campesinos porque a Mao le obsesionan los campesinos. Los chinos no parecían muy interesados en el Che pese al interés que el Che mostraba por los chinos. Los chinos están lidiando con sus propios problemas.

Pero ¿cuánto vale el Che muerto? Además del valor simbólico, el Che tiene un valor económico. Valor de marca. Plusvalía. El “medio millón de francos suizos” del que habla Carlo Feltrinelli es la cifra más fiable que tenemos. No hay otra. Sabemos todo sobre la economía Disney pero muy poco de la economía Che.

Hace un año, el icp (International Center of Photography; www.icp.org) de Nueva York realizó una exposición comisariada por Trisha Ziff: Che! Revolution and Commerce . Pero se trataba, pese al título, de una muestra artística en la que se hablaba de la conversión en icono del Che.

Se exhibía una fotografía de Korda mirando los negativos de su fotografía del Che. Se exhibían contactos de otras fotografías de Korda: del Che y de Sartre y de Simone de Beauvoir. Sartre se enamoró del Che: “No sólo un intelectual, sino el ser humano más completo de nuestra época”. Me pregunto a cuántos seres humanos conoció Sartre. Me pregunto qué entendía Sartre por “ser humano”. Sartre también acabaría seducido por los chinos, como el Che. En La Cause du Peuple , su periódico, Sartre escribe: “Mao, a diferencia de Stalin, no ha cometido error alguno”. También se exhibían fotografías relacionadas con el subcomandante Marcos.

Trisha Ziff escribe sobre su interés por la imagen del Che: “Durante mi búsqueda encontré áreas específicas que incluían la imagen del Che de Korda y las clasifique en varios grupos. Uno de ellos lo llamé Jesucristo , otro grupo lo llamé Comercial , otro más Personalidades que usan la fotografía para proyectar su propia imagen , Che arcoiris , Che en la calle , esto por citar solo algunos ejemplos. Para mí lo que es más interesante es el proceso de deconstruir al icono. Sigo la historia de esta imagen porque en diferentes partes del mundo tiene diferentes significados. Por ejemplo en el campo en Chiapas en el 2000 su significado era muy obvio y era completamente diferente al de la imagen que apareció en la revista Vanity Fair en una foto de Ozzy Osbourne y de Annie Leibovitz, o el que se da para vender esquíes a la gente adinerada de Francia. Cuando el significado de la Revolución se diluye a gran velocidad, lo que sucede es que el significado de una imagen sólo vive en un contexto específico. Hay muchas razones por las que una imagen como ésta se convierte en imagen del dominio público antes de tiempo. En este caso es una combinación de diferentes cosas complicadas, relacionadas con el momento, la personalidad del Che, el hecho de que fuera asesinado antes de tiempo, de que fuera bien parecido”. [ 2 ]

La elocuencia argumentativa de Trisha Ziff es incontestable: “cosas complicadas, relacionadas con el momento”. El Che sabe lo que es morir “antes de tiempo”. El Che ha sido juez cuando la Revolución ha triunfado en Cuba. Jon Lee Anderson cuenta su método de trabajo: “Los juicios comenzaban a las ocho o nueve de la noche y generalmente se llegaba a un veredicto a las dos o tres de la mañana. Duque de Estrada, encargado de reunir pruebas, tomar declaraciones e instruir los juicios, ocupaba el estrado junto al Che, el fiscal supremo, quien tomaba la decisión final sobre la suerte de aquellos hombres. El Che consultaba conmigo –dice Duque–, pero estaba al mando y como comandante militar tenía la última palabra. Estuvimos de acuerdo en casi el cien por cien de las decisiones. En unos cien días llevamos a cabo unas cincuenta y cinco ejecuciones por fusilamiento y recibimos muchas críticas por eso, pero dábamos a cada caso la debida y justa consideración y nunca tomábamos decisiones a la ligera”.

Unas líneas más adelante, Jon Lee Anderson afirma que “durante los meses siguientes, varios cientos de personas fueron juzgadas y fusiladas en todo el país”. Pero, eso sí, recalca, fue mediante “procesos sumarios, pero legítimos, con abogados defensores, testigos, fiscales y público”.

La artista venezolana Alejandra Villasmil (1972) escribió sobre la exposición del ICP en Arte al Día Internacional : “Titulada Guerrillero Heroico , la poderosa fotografía de Korda ha pasado de ser símbolo de las luchas sociales en los cinco continentes a imagen de ‘marca' de una amplia variedad de productos de consumo. Su trayectoria de icono revolucionario a emblema de lo pop y lo kitsch”. [ 3 ]

El programa pop del Che. Esto está sacado de su “Mensaje a la Tricontinental”: “El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa mas allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal”. Y sigue: “Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve; a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total; hay que impedirle tener un mínimo de tranquilidad, un mínimo de sosiego, fuera de sus cuarteles, y aun dentro de los mismos; atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite”.

El odio.

En ese “Mensaje a la Trincontinental” también dice que hay que dar lo poco que “nos es permitido dar: nuestras vidas”. Pero cuando se rinde, el Che dice que vale más vivo que muerto. Tenía una gran opinión de sí mismo y no tenía ninguna duda: su vida era mucho más importante que las vidas de sus compañeros.

The Che Store (www.thechestore.com) es una tienda virtual en la que venden productos relacionados con el Che. Su eslogan es impresionante: “Para todas tus necesidades revolucionarias”. La página tiene también una función didáctica y aleccionadora: se cuelgan informaciones y documentos (favorables y en inglés) sobre el Che. No hay problemas para pagar con Visa o con American Express o con Master Card. El Che estaría encantado. Camisas, camisetas, mecheros, la auténtica gorra del Che con sus auténticos lazos, llaveros, cinturones, sudaderas, gorras, cintas para el pelo, discos, libros, zamarras militares (89,99$ en oferta; su precio anterior era de 114,99$: quizá no esté tan de moda), bolsos, chubasqueros, chapas, insignias, sellos, imanes, postales, pantalones, mochilas... y pósteres, muchos pósteres. Uno de los pósteres imita las series de Warhol de Mao: nueve pequeñas cabezas del Che repetidas y coloreadas en amarillo, verde, azul, rojo... Sabemos que Giacomo Feltrinelli pagaba royalties al gobierno cubano, pero no sabemos el vínculo de The Che Store con el gobierno cubano.

(Envié a The Che Store un correo electrónico haciéndoles algunas preguntas al respecto, pero hasta hoy no he recibido contestación. Preguntaba si pagaban derechos y a quién. Preguntaba también cuál era su volumen de ventas. Preguntaba en qué país del mundo vendían más productos.)

Los países que el Che ponía como ejemplo de su propuesta política revolucionaria siguen estando sometidos por dictaduras: China, por supuesto; Corea del Norte, por supuesto, y Cuba, claro. En 1949, Mao decía en el vii Congreso del Partido Comunista de China: “Después de eliminados los enemigos con fusiles, quedarán aún los enemigos sin fusiles, quienes entablarán, inevitablemente, una lucha a muerte contra nosotros; jamás debemos subestimarlos. Si ahora no planteamos ni comprendemos el problema de este modo, cometeremos errores muy graves”.

En Cuba sigue la acción contra los “enemigos sin fusiles”. Según el Informe de Amnistía Internacional de 2006 : “Se hostigó e intimidó a activistas de derechos humanos, disidentes políticos y sindicalistas. Frecuentemente estas agresiones las llevaron a cabo unos grupos casi oficiales, las brigadas de respuesta rápida, que presuntamente actuaron en connivencia con miembros de las fuerzas de seguridad. Siguieron los ataques a la libertad de expresión y de asociación. Todos los medios legales de comunicación estaban bajo el control del gobierno, y continuaron proscritos los medios de comunicación independientes. Los periodistas independientes estuvieron expuestos a sufrir intimidaciones, acoso y detención por publicar artículos en el extranjero. También los defensores de los derechos humanos se enfrentaron a intimidaciones y detención arbitraria por motivos políticos”. [ 4 ]

Esa tentación absurdamente humana de no querer convertirse en máquinas. Con lo fácil que sería. Con lo claro que lo tenía el Che. Y con las veces que lo dijo. Se les olvidó estamparlo en las camisetas.

NOTAS

  • [ 1 ]

    http: //www.bolivianet.com/clio/che/chegalea.htm

  • [ 2 ]

    www.conaculta.gob.mx/cimagen/forolatino/cvitae/trisha.html

  • [ 3 ]

    http://www.artealdia.com/content/view/full/53607

  • [ 4 ]

    4 http://web.amnesty.org/report2006/cub-summary-esl

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